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  • Ayto. Barbate. Inmaculada Puyol Glez. Psicóloga.

VAMOS A LA CALLE, OH, OH, OH, OH, OH!!

Casi 7 millones de niños menores de 14 años de toda España podrán salir de casa a partir de este domingo acompañados por un adulto.


Durante la crisis sanitaria, la mayoría de la información que se ha ofrecido en los medios sobre los niños ha sido para hablar de ellos como portadores asintomáticos (cuando todavía no hay estudios que totalmente lo confirmen), o como personas que hacen muy difícil el confinamiento porque se quejan, lloran, gritan, no quieren hacer deberes o se están moviendo constantemente (lo normal, como niños que son).

Esta nueva medida, ha sido muy bien acogida por nosotros los psicólogos, también pedagogos u otros profesionales expertos en la infancia, quienes vemos claramente los beneficios que tendrá, siempre y cuando se tengan en cuenta las medidas que establezcan los expertos sanitarios sobre cómo, cuándo y de que forma. Y lógicamente estará a elección de sus progenitores, si salir o no aún.

Especialmente la medida beneficiará enormemente a la gran mayoría de niños y niñas que no tienen la suerte de tener un jardín, patio, porche, un gran balcón o terraza, pues hay millones de niños que tienen solo una ventana por donde mirar la calle, a veces a la ventana que tienen enfrente, o menores que tienen capacidades y necesidades diferentes, a quienes el confinamiento se les ha convertido aún más difícil.


Nuestros menores van a sentirse tenidos en cuenta y valorados socialmente y, aunque dentro de casa se moviesen o hicieran ejercicio, el poder dar una vuelta, aunque sea con medidas restrictivas, les va a ofrecer algo muy distinto de lo que hasta ahora han tenido. Los niños han aguantado encerrados en casa desde el 14 de marzo, sin posibilidad alguna como los adultos de al menos poder salir a comprar o a pasear su perro.


Las salidas y paseos van a fortalecer su sistema inmunitario, el fisiológico y cómo no también el aspecto piscológico-emocional, al cubrirse al menos una parte de sus principales necesidades en esa etapa vital. Además muchos niños están viviendo el estrés y preocupaciones constantes de sus padres, algunos incluso la irrespetuosa o violenta relación entre ambos. Salir nunca mejor dicho, será un gran soplo de aire fresco para ellos.


Como es lógico, las salidas se deberán realizar con sentido común, teniendo muy presente que no se podrá actuar como antes del confinamiento; la intención de esta nueva medida es poder cubrir al menos en parte esa necesidad que hasta ahora no se cubría, volver a las calles pero no a la normalidad anterior. Si se hace de forma inconsciente, saltándose las recomendaciones y requisitos obligados, no hará más que llevarlos y llevarnos a la posibilidad de enfermar y, a incrementar nuevamente el número de contagios, lo que produciría como ya han advertido las fuentes oficiales a retroceder si ello sucediese, y regresar nuevamente al confinamiento.


Los niños bajarán a la calle pero verán que será una calle muy diferente, se cruzarán con amigos y querrán jugar muy cerquita de ellos y no podrán, por ejemplo, querrán ir al parque y no podrán, por ejemplo. Ello les generará dudas, nuevas incertidumbres que los adultos tendremos que atender, pero al menos no estarán en el punto de incertidumbre que están actualmente.


Cuando se habla de que los niños pueden volver a salir a la calle, muchos preguntan ¿y que hacemos con aquellos menores de carácter más nervioso, o que obedecer o acogerse a las normas no sea algo característico en ellos?, pues que una gran parte de la responsabilidad de hacerlo bien recae directamente en el manejo adecuado de las funciones que como padres, madres o adultos que les acompañen tienen, son niños que necesitan pautas y también límites para crecer seguros, y que somos los adultos quienes debemos esforzarnos en aplicarlas adecuadamente cuando sean necesarias, al igual que las recompensas.


Es normal que haya déficit a la hora de aplicar las pautas educativas que son beneficiosas para el desarrollo de los hijos (en mayor o menor medida, y también múltiples los ámbitos donde pueden producirse, al ser tantos los que engloban el crecimiento y la educación de nuestros hijos). A veces, por suerte las menos, sucede por un gran o total desinterés, o por el modelo aprendido, o por excesivo mimo dándoles todo lo que piden, o las más común porque sencillamente se desconoce como hacerlo, haciéndolo de la mejor manera que sabemos y podemos.


Puede quizás que esta nueva circunstancia del miedo al contagio junto al hecho de querer protegerlos del mismo, potencien conductas donde se observe un esfuerzo mayor en establecer más firmemente los limites y logren con ello volver a ocupar el lugar de guías y de autoridad que tenían perdido, que se fomente la actitud del diálogo, que se esfuercen más en explicar para que entiendan el motivo de esas restricciones, evitando imponerlas sin más, sin ninguna explicación; si incluso así no hacen por aplicarlas, quizá sea necesario darles a elegir entre bajar respetándolas o continuar sin salir de casa, probablemente asuman la primera.

Por tanto es muy importante darles una información clara y fiable antes de bajar a la calle, les ayudará y mucho, y no será tan grande su desconcierto al ir previamente preparado a las diferencias que verá y, a lo que se puede o no puede hacer para continuar bien como hasta ahora, entendiendo por qué sí ahora han cambiado sus rutinas y se pueden hacer cosas que antes no, adaptando siempre esa explicación a la edad del niño, e intentando no fomentar el miedo aunque sí la responsabilidad que tiene también propia.


Los menores tienen que saber cómo será ese momento, cuánto tiempo estarán fuera, a dónde irán, con qué pueden jugar o no, qué pueden o no hacer. Es recomendable que puedan elegir qué juguete, a qué calle les apetece ir, qué ropa o zapatos les apetece ponerse, etc. como siempre que se sientan partícipes, libres para preguntar dudas y expresar sus opiniones y emociones. Especialmente importante que disfrute de esas salidas.


Habrá menores con muchas ganas de salir, especialmente los más activos o aquellos que vivan en pisos pequeños o hacinados, al igual que habrá quienes no expresen esa necesidad de salir de casa, e igualmente muy probable que haya menores que no quieran salir, y ahí será necesario diferenciar si es por el excesivo temor al contagio o por otros motivos. En aquellos muy atemorizados habrá que hacer un esfuerzo mayor. Dependiendo de cada familia unos han estado más o menos expuestos a los medios de comunicación, a conversaciones de los adultos con quienes conviven sobre el virus, a mensajes más o menos catastróficos, etc.


Los niños han estado viendo el exterior como un lugar amenazante sintiéndose seguros solo en casa. Será necesario explicarles que sus papis y mamis siguen controlando el tema, que siguen haciéndolo bien y por eso están bien, y que ahora seguirán haciéndolo bien cuando salgan a la calle con ellos, al igual que cuando salen solos, que estén tranquilos y se sigan sintiendo seguros con ellos, que haciendo siempre lo que les indiquen siguen estando protegidos, y que aunque ahora la calle será diferente, poquito a poquito podrán ir haciendo más cositas, que de momento pueden salir a dar un paseo, tomar el aire en la calle, el sol, pasear, etc. Será necesario que los adultos amortigüen la inquietud y temores de sus hijos, haciéndoles ver que si este cambio sucede es porque el virus ya comienza a alejarse pero que aún no del todo y por eso esas restricciones son necesarias. Hay que salir de casa no desde el miedo, sino desde la responsabilidad y el conocimiento.


El psicólogo Juan Tejero ofrece una clave para esta nueva etapa que me parece muy práctica, podemos decirles que es como un recreo, con algunas restricciones, incluso que hemos de bajar con un uniforme que consiste en unos guantes y una mascarilla. Ese recreo puede y debe de servir para trabajar con ellos las normas de cooperación, de responsabilidad e higiene que ya se formulaban en casa.

Hoy sábado está previsto que se publique la orden con todos los detalles sobre la medida, hasta el momento lo que conocemos sobre la misma y si no se rectifica es:

- A un kilómetro de casa. Los niños podrán salir de nueve de la mañana a nueve de la noche. Una vez al día y durante una hora. Las salidas podrán hacerse como máximo a un kilómetro de distancia de la vivienda, evitando las horas puntas de afluencia.


- Al menos un responsable. Los niños deben ir acompañados de un adulto que conviva con ellos, aunque no tiene por qué ser su progenitor, podrán hacerlo con hermanos mayores de 14 años. Podrán hacerse cargo de hasta tres menores, el requisito es que vivan los cuatro en la misma casa. Ese adulto será responsable de vigilar las medidas de seguridad y la distancia física con otros adultos y otros niños.

¿Qué pasa con las familias con más de tres hijos? Imagino se harán excepciones a esta y otras causísticas, que recogerá la publicación de hoy.

Andar y correr. Los menores, además de pasear podrán correr y llevar juguetes, aunque no podrán usar las zonas de juego de los parques y deberán respetar las condiciones de distancia física. En el entorno rural, se ha señalado que podrán pasear por el bosque o por el campo respetando las medidas.


Carritos de bebé. Pasear con ellos estará permitido. Además, los niños podrán utilizar el patinete y la bicicleta.

Medidas higiénicas. La mascarilla es recomendable, aunque no obligatoria. Sin embargo, el ministro de Sanidad, ha insistido en que se debe mantener la distancia física y el lavado frecuente de manos. Recordad que la mascarilla a veces da la sensación de estar protegidos cuando llevarla no nos exime del contagio al 100%.

Los adolescentes de 15, 16 y 17 años pueden salir de momento en los mismos términos que se contempla en el decreto de alarma para los adultos, es decir, al supermercado, a pasear al perro, al médico o la farmacia.

Y nadie, absolutamente nadie, menor, adolescente, joven, joven adulto, adulto o mayor, pueden salir si manifiestan fiebre o síntomas. Y tampoco podrán salir los menores que han tenido contacto con alguien que tiene síntomas o ha sido diagnosticado, debiendo cumplir la cuarentena domiciliaria de síntomas durante 14 días.

Para finalizar, no puedo sino terminar, dándole las gracias a todos los niños y niñas, que tan ejemplarmente han sostenido el total confinamiento en casa durante estos más de 40 días, deseándoles el mayor disfrute en ese regreso a las calles tan merecido, siempre dentro de las recomendaciones y medidas que se exigirán, las que muy probablemente también sabrán acoger y respetar.

Abajo se aporta una guía rápida para salir con los niños, muy acertada y didáctica, recomiendo su lectura.


A los papas, mamas y adultos responsables, no olviden que:


"EL APRENDIZAJE DE LA RESPONSABILIDAD SE DESARROLLA

DÁNDOLES LA POSIBILIDAD DE PODER EJERCER LA RESPONSABILIDAD"



Aquí y Ahora

Un cariñoso abrazo virtual.

Guía Rápida:








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